Es
necesario que la comunidad universitaria
nacional conozca lo que está pasando en la Facultad de Derecho de la
Universidad de Buenos Aires con los profesores que no comulgan o se subordinan
al régimen que actualmente gobierna y que responde a la actual coalición que dirige
los destinos del país.
En
mi caso son trece años de persecución política e ideológica verificada por
dictámenes del INADI y del Instituto contra la Discriminación de la Defensoría
del Pueblo de la CABA y una causa penal en trámite ante la justicia penal
federal.
El
último capítulo se relaciona con un concurso para dos cargos de profesor
titular de derecho constitucional que viene con una especial carga puesto que
uno de los jurados ("académico" de ciencias jurídicas y morales) se
"olvidó" de manifestar que su esposa trabajaba bajo la dependencia de
una de las concursantes que fue propuesta por él.
Ante
mi impugnación del concurso, el Consejo Directivo que el régimen maneja no
logró los 9 votos que exige el reglamento dictado por el régimen para aprobar
el concurso y lo elevó al Consejo Superior para que este resolviera tal como lo
expresa la normativa vigente.
Como
en el Consejo Superior no tienen la mayoría necesaria, inventaron mediante un
artilugio por el cual sostienen que no está clara la votación realizada y
pretenden hacer una nueva votación a pesar que la Dirección de Concursos de la
Facultad y el Vicedecano oportunamente verificaron que se no reunieron los 9
votos.
Otra
situación escandalosa es lo que sucede con la Doctora Miriam Ivanega quien a
pesar de haber obtenido por dos jurados distintos en un mismo concurso la
proposición para ser titular de cátedra de derecho administrativo pretenden
designar a un amigo del régimen que perdió las dos veces con fundamentos
insólitos basados en la antigüedad docente.
Los
casos vistos separadamente se encuadran en un claro supuesto de abuso de poder
e incumplimiento de los deberes de funcionario público, pero analizados de
forma conjunta, podrían subsumirse sin dificultad en el tipo penal de
asociación ilícita.
Más
grave aún es que quienes gobiernan la Facultad de Derecho no son aquellos que
ficcionalmente ocupan los cargos de conducción, sino un poder político oculto integrado
por personas que no tienen ninguna clase de antecedentes académicos y que son
los que deciden darles todo a los amigos y nada a los disidentes.
Está
situación es por todes conocida pero muchos afamad@s profesor@s con una activa vida pública
defendiendo la transparencia y la no discriminación guardan un cómplice e
inentendible silencio a cambio de insignificantes prebendas. Aceptan como si
fuera un dogma de fe revelado el mandamiento que el régimen impuso: "Gil
Domínguez jamás será Titular de Cátedra".
Espero
que este escenario oculto trascienda las cuatro paredes de la Facultad de
Derecho para que todes sepan lo que pasa con los concursos docentes y el régimen no se pueda seguir escudando
perversamente en la autonomía universitaria.
¡Pobre
universidad pública y educación pública pasamos de Deodoro Roca a Juan Pablo
Mas Vélez! La decadencia institucional se percibe infinita e inmutable.
estimado profesor, lo único que Ud nunca debería hacer , es retroceder medio paso. Estuve en sus cursos y me deleite con sus libros. Y en lo que a mi respecta como abogado y estudiante de posgrado, estoy a su disposición en lo que pueda serle útil.
ResponderEliminarQuerido amigo mantente íntegro y firme, cuenta con nosotros.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el Dr. Gil Domínguez, desgraciadamente las facultades y la Uba están gobernados por un grupo de inescrupulosos ajenos a las catedra diarias que dan miles de profesores que con sueldos mínimos o ninguno llevan la UBA al lugar que hoy ocupa o sea las víctimas de la camarilla que gobierna e impide la titularidad del Dr. Gil Domínguez
ResponderEliminarLo mismo ocurre en otras facultades de la UBA. El recurso argumentativo a la deseada "transparencia" de los concursos y las denuncias aisladas han demostrado ser completamente estériles frente a estos casos. Si entré a tu blog, al que llego por el twitter de Graciana Pañafort, es para decir lo que nadie quiere discutir seriamente: la división de los docentes de la UBA entre un claustro de "profesores" y otro de "graduados", con la subrepresentación de miles de trabajadores docentes constituye la estructura piramidal que quienes en cada caso ocupan la cúspide protegen y reproducen, entre otras cosas, mediante los concursos de profesores, independientemente de la adscripción política de las circunstanciales personas que ocupen decanatos y consejos. Por eso propongo que más allá de denunciar cada concurso amañado, encaremos la hasta ahora imposible medida política de lograr un claustro único docente. Sólo si la definición de autoridades y, por ende, de concursos, no depende de una minoría que detenta la mayoría de la representación, podremos discutir en otros términos los procesos de adjudicación de cargos y de derechos laborales y académicos.
ResponderEliminarEspero realmente que tu caso logre resolverse mejor que la mayoría de las impugnaciones.
Un saludo, Guadalupe.
Ojalá muchos se enteren!! A difundir!
ResponderEliminarEl tema de la Secretaría Académica, trabajan muy bien en los años que estuve, el problema, es como generalmente todos tienen influencias políticas, y de otro tipo, terminan los concursos siendo un puterio. Siempre recuerdo el Concurso por titular de Mackinson y Zuleta Puceiro, que se resolvió políticamente. Andrés: yo se de tus antecedentes y mi profunda admiración ya que Germán te respetaba como un discipulo. Lamento que la baja política siga ensuciando un claustro que tuvo a Cossio, Gioja, Nino, y en
ResponderEliminarConstitucional a Ekmejian, Bidart Campos, Marta Gnecco, Arturo Enrique Sampay, Carlos Colautti, etc.