Hoy en Página/12
(http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-217945-2013-04-13.html) el amigo
Héctor Recalde sostiene lo siguiente: "–¿Y sobre el acceso igualitario
al Poder Judicial? –Hice un posgrado de derecho constitucional en la UBA, con
Gil Domínguez, con quien tengo una buena relación. En la presentación de los
proyectos, el 1º de marzo, la Presidenta habló de sorteos y al otro día en el
diario Clarín, Gil Domínguez, sin leer el discurso, dice “qué barbaridad que se
sortea el ingreso”. Y no es así. Si hay 100 concursantes y ocho se sacaron 100
puntos cada uno, ¿quién entra? Y eso es lo que se hace por sorteo público. No
es que se tira la monedita".
Oportunamente, en
la mencionada nota sostuve: “El ingreso a la justicia por sorteo implica elegir
un sistema irracional, antidemocrático e ilegítimo basado en el azar, que
conculca el mandato constitucional de la idoneidad en el acceso a cargos
públicos prevista por el art. 16 de Constitución”.
El art. 23 del proyecto
de ley remitido por el Ejecutivo establece un sistema de ingreso al Poder
Judicial, mediante el cual todos los aspirantes para acceder a un cargo, deben
obtener un puntaje mínimo de 60 puntos (sobre 100) en cada prueba y aprobar un
examen psicofísico. Posteriormente, la Autoridad de Aplicación elabora una
lista con todos los postulantes que hayan aprobado las evaluaciones exigidas
por la ley. Las futuras vacantes se cubrirán mediante sorteo
de todos los integrantes de la lista que se realizará a través de la Lotería Nacional
a medida que estas se vayan produciendo. Consecuentemente, todos los
que sacan 60 puntos o más en cada prueba concurren en igualdad de condiciones a
un sorteo, con lo cual es el azar y
no la idoneidad, el elemento central que define si ingresa el que sacó
60 puntos o el que sacó 100 puntos. En otras palabras, mediante el método más irracional
que se conoce se iguala a los distintos en mérito e idoneidad.
En su momento entendí
claramente el discurso de la Señora Presidenta sobre este tema y por eso opiné,
me parece que el amigo Héctor debe pegarle una leída un poco más profunda al
proyecto y se dará cuenta de la irrazonabilidad del mismo.
Impecable respuesta. Nada para agregar.
ResponderEliminarLa idoneidad está garantizada por el examen. Dentro de los aprobados con mas de 60, es decir todos los idóneos, se hace el sorteo, método que tiene antecedentes en la propia democracia griega.
ResponderEliminarNo se entiende porque sostenes que es irracional y desigualitario. Podrias explicar tu concepto de racionalidad y como el proyecto lo contradice? Podrías también explicar porque no sería igualitario, si todos los aptos están en igual condición de acceder al cargo?
Es evidente la irracionalidad del mismo. Nadie discute que aquel que ha obtenido 60 puntos es idoneo para ingresar, pero es más idoneo el que ha sacado 100. Por lo tanto tendría que ingresar primero. Es necio considerar lógico y racional el sistema propuesto. No resiste el menor análisis.
ResponderEliminarA diferencia de lo dicho por Leandro Días ("Nada para agregar") y por Anónimo ("No resiste el menor análisis"), creo que puede ser importantepensar... ¿De qué clase de idoneidad estamos hablando cuando pensamos en un ingresante a la "Adm. de Justicia"?
ResponderEliminarSe tratará, en general, de jóvenes recién egresados del nivel medio de educación, caminantes de los primeros pasos de alguna Facultad tal vez.
¿Qué nivel de idoneidad les es exigible? Precisamente, uno elemental. ¿O pensamos que los aspirantes a ingresar serán R. v. Ihering?
Estimo que el sentido de los ingresos mediante el sistema propuesto apunta a la igualdad de oportunidades y transparencia (cortar con el amiguismo, familiarismo, contactismo y demás "ismos").
Con lo cual, coincido con "Sebis": la idoneidad elemental estará asegurada con la aprobación superior a 60.
De allí en más, encuentro viable no priorizar el "capital cultural" (Burdieu) por sobre la igualdad de oportunidades y la transparencia.